Buscar

viernes, 22 de enero de 2016

A aquella mujer

Estoy intentando inventar palabras bonitas
para revestir una despedida,
y verso a verso fracaso
porque no hay belleza en esta injusticia.

A aquella mujer que fue niña,
que se le escapa la vida
demasiado deprisa.

A aquella mujer que fue rosa,
del jardín la más altiva,
del jardín la más hermosa.

Para aquella mujer
qué sentido tienen mis versos,
mis palabras huecas,
no hay consuelo
en un tiempo que se agota
antes de hora.

A aquella llama que se consume,
aquella rosa que se marchita,
aquella niña que eternamente habita
el jardín de las memorias,
aquella misma que dibujó una vida larga
en el diario de sus días,
y aquel matrimonio que se juró
la eternidad
y se imaginó longevo y viejo
compartiendo sus achaques,
y aquellos niños, eternamente niños,
que pierden el calor de una madre
...
para ellos no tengo palabras,
pues no existe consuelo
más vano que las condolencias de un extraño. 

Para ellos quedará el recuerdo
de una rosa altiva,
de una mujer, de una niña,
de una esposa, de una madre 
y de una hija. 

-Dedicado a mi tía que nos deja demasiado pronto y a las personas que la llevan en el corazón.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario