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jueves, 27 de noviembre de 2014

En algún lugar bajo el cielo

A una hora tardía
En que se apagan
las fantasías
Y los fantasmas
Salen a jugar,
La sombra de una niña
Pasea sin guía
Por los escombros
De una gran ciudad.
No conoce el miedo
Pues solo temen
Aquellos que tienen
Algo que temer,
Cuan afortunados
-ella piensa-
aquellos que no saben
Que se teme
Por miedo a perder
Y que el miedo
Significa que se tiene
Aún algo que perder
Y que tenerlo
Simboliza algo
Por lo que vivir
Ella también
Lo tuvo una vez
Ahora tan solo le quedan
Recuerdos que sacar a pasear,
A veces baila con ellos
Entre los escombros de una guerra,
Por aquellos que se fueron
Sin conocer nunca la paz.
En una fosa sin nombre
Perdió a un hombre sin rostro
Y la risa de los niños se marchita
En un jardín donde no crecen las flores
A aquel lado del mundo
La luz del sol siempre es gris,
Algunos dicen que es el humo,
Otros el polvo,
Ella sabe que es la desesperanza
Amortajada de añil.
Lo sabe porque ha visto su rostro,
Porque visten la misma mortaja,
Es la moda de las viudas de la guerra,
De los peregrinos que no vuelven a casa.
A lo lejos alguien grita su nombre,
Ella prefiere no oír
Y cuando cae el cielo abraza su muerte,
el dolor es tan solo un estallido
Y luego la deja ir.
La mañana amanece
Bajo un cielo gris,
Un diario imprime los nombres
De otras tantas casualidades
De una cadencia de ataques,
Las víctimas se abrazan y se pierden
En la tinta inerte.
En algún lugar bajo el cielo
Aún queda alguien que llora,
Aún queda alguien por el que llorar,
Aún queda alguien que no teme
Y alguien que tiene
Algo por lo que temer.

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