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martes, 29 de noviembre de 2011

I'm feeling so blue today.
Why can't I take away
this coat of sadness
I'm wearing day by day?

Rainy

It's raining inside my heart,
outside another sunny day
I want to open the window
and fly away,
but I know I would fall,
against reality I would crash
and anguish in pain

lunes, 28 de noviembre de 2011

Lies

Why coudn't any of us be sincere?
You were trying to keep me by your side,
I was trying to run away
'cause you never had the strengh
to hold onto my hand
and ask me, ask me to stay.
I was dying to hear those words
coming from your lips,
but you were too afraid to love
and I was too afraid to let you go
and we tangled on our feelings
and we fell deeper and deeper
for eachother's heart,
I wanted you to hold onto me
but you would just wait quietly.
And so my feelings became
darker and darker,
if you had just called my name once
I would have run to you,
but you just let me go
whenever I left with other men
and waited by the door
whenever I came
without any of them.
I wanted to make you jelous,
to make you scream in anguish
but you kept everything to yourself
and my feelings entangled
calling to disaster
Why couldn't any of us be sincere?
Just once
Why couldn't any of us be sincere?

jueves, 24 de noviembre de 2011

If tomorrow never comes

Night fell from the sky upon me
your eyes were so bright
they made me blind,
like candles lit
on my dark heart
you came to me
like a blazing flame

With just a blink
you touched my heart,
you rose me up,
everything else
just fell appart,
I should had run
but couldn't breath,
once again
you had caught me

So now,
grant me my wish...

If tomorrow never comes
let me tell you that I love you,
if tonight it is the end
let me have no regrets,
so even if time passes by
I'll keep you in my heart
like a sweet memory
that will never burn.

Night will come to an end
and you'll flee
like a summer dream,
leaving your soft touch
lingering in my skin
and as dawn breaks off
the horizon's fantasy
I'll wake up to the world,
welcome to reality.

But still I want to dream,
now that I'm caught
in your lips,
drown me into your kiss
and make from this night
an everlasting memory
that even if it hurts
it will prevail
tattoed in my heart.

So now
let me dream...


If tomorrow never comes
let me tell you that I love you,
if tonight it is the end
let me have no regrets,
so even if time passes by
I'll keep you in my heart
like a sweet memory
that will never burn.

If tomorrow never comes
let me tell you that I love you,
if tonight it is the end
let me drown myself
in the toxic of your perfume,
in the venom of my despair
until nothing is left
but the cloth
of a love
that never came

If tomorrow never comes
let me tell you that I love you,
you set fire to my heart
now jump in and let us burn,
until night falls appart
and a new day is born from the ash
of a love that never made it
to tomorrow.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Requiem de amor

Maté nuestro amor con mis propias manos,
lo sofoqué
hasta que no quedó aire que respirar,
lo estrujé
entre mis dedos
hasta exprimir el último sentimiento,
hasta que dejé de sentir dolor,
cruel anestesia para mi corazón
que incapaz de dejarte marchar
se suicidó.
Ahora puedes decir
que soy incapaz de sentir
pero en este frío invierno
que finge ser abril
mis sepultadas emociones
han de dormir
un sueño eterno, sin retorno
amortajadas de añil,
ellas que por mi mano murieron
porque no pude dejarte ir.

Un ramo de recuerdos

Cuando te vayas de aquí,
cuando te alejes de mí,
cuando mis ojos
te vean partir,
por favor, no pises nuestros recuerdos,
esparciré en tu camino
un ramo de nuestros momentos,
no los condenes al destierro,
no los quemes, no camines sobre ellos,
recógelos con cariño
y llévatelos contigo,
cuídalos con el mimo
con el que me quisiste
al principio.

No sé si ahora te duele partir
tanto como a mí,
o tal vez estás agradecido
de dejarme atrás,
de escapar de aquí,
pero no nos condenes al olvido,
aun si quisieras olvidar
no puedes borrar
que fui parte de tu destino,
así que cuando te vayas
empaqueta nuestros momentos
y no permitas que se pierdan
pues en algún lugar dormidos
permanecen los sentimientos
que cultivamos con tanto mimo,
aun si en tu corazón marchitos
aún en el mío despiertos,
así que llévalos contigo
hasta que sean la fragancia
de un dulce recuerdo.

Cuando te vayas de aquí,
cuando te alejes de mí
esparciré en tu camino
un ramo de nuestros recuerdos
por favor, no los pises al salir,
recógelos con cariño
y llévatelos al partir

Dawn

You were so beautiful
standing by the sea,
dawn broke off
and painted your hair
the color of lady red,
the sun set fire to the breeze,
my eyes burnt
and my heart melt
but still I couldn't take my eyes away

viernes, 18 de noviembre de 2011

Wicked love

Even if my words are hard
and sometimes they hurt
remenber that's only because
I love you

You say I have no feelings,
you say I'm empty inside,
but do you even know why?
That's 'cause I ripped my heart
off of my chest
and gave it to you
on Valentines Day

You asked for everything,
now you're running away,
take responsability,
you made me this way

You say I am cruel
but you were my teacher
everything I learned
from you
has made me this wicked,
now you're trying to run,
from me
from you
from us
but what shoud I do?
everything is burnt,
you set the fire
and now off you run

You took my heart
and now is too late
you can't give it back,
the hollow in my chest
feels now so empty
I'm growing colder
but still hold onto it
'cause that is your place,
the hole where I buried
my unchanged feelings

You started the game
and made me the player,
you set the cards
and when you lose your part
won't pay the debt
and off you run
taking away
the remainings of my longing heart


Even if my words are hard
and sometimes they hurt
remenber that's only because
I love you

jueves, 17 de noviembre de 2011

Enamórame cada día como si fuera el primero,
ámame cada día como si fuera el último,
esa es la clase de amor que quiero

Los colores de guerra de una mujer

Cuando una mujer se prepara
para la batalla
se pinta los ojos,
se maquilla la cara
y con una sonrisa
en los labios pintada
sale a luchar

Cuando una mujer va  para la guerra
no lleva armadura,
se viste de sedas,
en sus labios la sangre
que han de derramar por ella.

No necesita de armas
le bastan su cuerpo
y sus palabras
y entre el susurro de sus secretos
el alma de un guerrero
guarda.

No la preceden las trompetas
sino el taconeo retumbante
que arrastra sus sueños por delante
y por el camino sus inseguridades siembra,
atrás, donde nadie las alcanza ni recuerda

Hace de su cuerpo una escultura,
un canto de su belleza
y vistiendo su feminidad como bandera
arremete contra el mundo
que la oprime y la desea,
porque en ser quien es encuentra
el alma de una guerrera

Quisiera dejar un homenaje
a todas las mujeres
que lucharon por la libertad
y aun si perecieron
habitan perennes
en nuestros derechos

A todas las mujeres
que vistieron los colores de la guerra,
con o sin maquillaje,
con o sin sedas,
pero que en ser mujeres encontraron
el orgullo de una guerrera.

En pos del horizonte

Hacia el lejano horizonte,
donde el cielo se funde con el mar,
sigo corriendo en pos de un sueño
que no puedo alcanzar,
aun si tropiezo
me vuelvo a levantar,
los golpes que me da la vida
los recibe mi corazón y cicatrizan,
sin darme por vencida,
a palos con la realidad,
con un alma a cuestas
donde las heridas
se lavan con lágrimas de sal

domingo, 13 de noviembre de 2011

El Club de los Corazones Rotos 6: Interludio (Joseph)


Sintió el frío de la puerta al abrirse a sus espaldas. Sus dedos se detuvieron un instante sobre el piano temblorosos. Reconocía aquella ráfaga fría de viento, no era obra del gélido invierno sino de un nuevo corazón roto que llegaba buscando refugio. Por alguna razón aquel conocido sentimiento lo golpeó de lleno, pero sin ni siquiera volverse a ver quién había llegado sus dedos volvieron a deslizarse sobre el piano continuando su improvisada melodía como si nunca se hubieran detenido sin saber que un corazón había empezado a resonar al son de su canción.


sábado, 12 de noviembre de 2011

Espérame

Juro que volveré,
juro que te amaré
si no es en esta vida
en la siguiente,
por eso espérame,
no, no, olvídame
si duele demasiado
y te arrepientes;
sino quiéreme,
guárdame en tu corazón
por siempre.

Espérame...

domingo, 6 de noviembre de 2011

El Club de los Corazones Rotos 5: La melodía de un corazón roto (Ariadna)

¿En que momento había volado mi paraguas rojo? ¿Fue cuando reconocí su rostro? ¿O fue cuando nuestros ojos se encontraron? ¿O fue en un instante entre ambos mientras la sorpresa, el horror y la comprensión hacían mella en lo más hondo de mi confuso corazón? No lo sé, pero en un momento de ese eterno instante el paraguas  voló de mis manos, el enorme paraguas rojo que tantas veces nos había refugiado, el que había sido testigo de nuestras risas y nuestras pequeñas discusiones, el paraguas rojo que reflejaba nuestro amor en mis recuerdos... voló como si todo lo que representaba no hubiera sido sino una mentira, un sueño, la ilusión de una tarde de verano que se evaporaba con la primera tormenta otoñal.

¿Fui yo quien lo dejé caer o fue el viento quien me lo arrebató? ¿Fui yo quien dejó escapar el amor o fue la vida quién se lo llevó? Como si aquel paraguas lo representara todo, cuando mis dedos dejaron de sostenerlo, mi mundo se quebró, se se confundió en un amasijo de promesas perdidas, luces de colores y villancicos de navidad que prometían alegría, amor y paz. Todo una gran mentira. Aún hoy escucho el sonido de cristales rotos que hizo mi corazón al perder su soporte y caer, y caer y caer...

¿Cuál fue la expresión en el rostro de Alex? ¿Se contrajo en una mueca de sorpresa? ¿Reflejaba culpa, remordimientos y dolor? ¿O acaso dibujaba el alivio de haber sido descubierto y poder acabar con el engaño? Hasta el día de hoy no lo sé y probablemente no lo sabré nunca. La realidad se coló en mi corazón como una ciencia confusa y el frío arremetió contra mi pecho con dedos de metal que dejaron una huella tan honda en mi corazón que aún hoy llevo su marca. La lluvia repiqueteó contra mi cabeza y cada gota resonó como una campana que me devolvía al mundo, al igual que las doce campanadas para cenicienta y al igual que la sirvienta que despertó de su sueño de princesa, desperté a un mundo sin promesas, di la vuelta y eché a correr, sin ningún pensamiento, sin ningún destino, tan solo huyendo de la realidad que amenazaba con enfrentarme a aquel amor que había muerto y arrastrarme lejos de las tierras de cuento que yo misma había inventado.

Corrí sin rumbo, sin pensamientos sin pararme a escuchar si Alex me llamaba o me dejaba ir... tan solo corrí con una sola imagen que se repetía en mi mente como una paisaje navideño dentro de una bola a la que algún niño cruel no hacía más que dar la vuelta una y otra vez como si mi vida se tratara de un juego. Y en mi mente bailaba una y otra vez el brazo de Alex en torno a la cintura de otra mujer, su gabardina dándole cobijo y sus labios refugiándose en el abrigo de otros labios que no eran los míos. Pero ante todo me desgarraba la mirada dulce de sus ojos cuando la miraba como si yo jamás hubiera existido en su corazón, como si ella fuera la única mujer sobre la faz de la tierra, la única existencia verdadera... y aquella miraba me ahogaba poco a poco al comprender que aquellos eran los ojos del amor y que él jamás me había mirado de aquella manera. Todo, incluso los dos, habíamos sido una mentira. Lo único real había sido mi estúpido amor.

Mientras corría sin rumbo lejos, muy lejos, de aquella escena que se repetía en mi memoria, lejos, cada vez más lejos, de las calles iluminadas, de los villancicos, de las risas y las promesas... comencé a sentir que me faltaba el aliento. ¿Pero era a causa de la carrera o era por el puño frío que me atenazaba la garganta?

Y el frío que se adhería a mi piel y me penetraba hasta el alma ¿era causado por la lluvia gélida de finales de diciembre o era el último suspiro de un corazón que luchaba contra la muerte?

En el revoltijo de mi menta confusa no quedaba lugar para la razón. Mentiras, verdades, promesas... sueños y realidades... cuentos... todo se arremolinaba en un huracán que amenazaba con  arrasar con todo; incluso con mi corazón. Y en medio de la tempestad, sin saberlo, llegué a su ojo, al centro que había de darme un remanso de paz que aunque falsa me sería necesaria para sobrevivir. Como una balsa a la deriva a la que te aferras en la esperanza de que te lleve a puerto, así llegué yo como un naufrago que ha perdido incluso la brújula que le marcaba el rumbo y es incapaz de distinguir el brillo de la estrella polar entre los nubarrones negros de tormenta... que busca sin saberlo ese trozo de madera que lo mantenga a flote. Y me aferré a él con la desesperación de quien no quiere despedirse de la vida, de quien no quiere dejar marchar el amor...

Así llegué a aquel callejón sin salida de ladrillos oscurecidos por el humo, el tiempo y los sueños perdidos de aquella gran ciudad. Puede que sin saberlo aquella noche mis sueños rotos hubieran traído una mancha más a su pared. Si hubiera estado en mi sano juicio, o en un estado en que pudiera llegar a ver algo más que el brillo de mis lágrimas mezclarse con el llanto de la lluvia y cristalizar en mis pestañas antes de despeñarse hacia su muerte... nunca hubiera puesto un pie en aquella siniestra callejuela donde en cada rincón parecían acechar los fantasmas y los hombres que habían perdido todo. Una calle que estoy segura los corazones sanos y enteros evitan sin pararse a pensar, por puro instinto de supervivencia... pero mi corazón estaba roto y su herida aún abierta supuraba un dolor que podía llegar a envenenarlo. Pasarían muchas noches antes de que coagularan las esperanzas que se estaban empezando a desangrar.

Así que me gusta creer que fue el destino, como una llamada que tan solo los desesperados podemos escuchar, el que me guió hasta aquella calle de mala muerte y a aquella misteriosa puerta lacada en rojo sin letrero ni cartel, ni marca que la identificara. Pero realmente lo que me invitó a entrar fue la melodía quejumbrosa de un piano que resonó con mi corazón; una canción que reconocí pese a jamás haberla oído, la sonata de un piano solitario, la melodía de un corazón roto... los dedos que lloraban la pérdida del amor.

Y mi mano hizo algo que jamás hubiera hecho de haber estado lúcida, sostener temblorosa el pomo de una puerta desconocida, girarlo y empujar con suavidad para revelar el interior de un bar de paredes negras, muebles rojos y personas grises. El olor a alcohol, perfume y tabaco; la música y el tenue aroma de la soledad que acompaña a los corazones rotos me invitaron a pasar.

El Club de los Corazones Rotos me daba la bienvenida.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Otoño

Oigo el sonido de las castañas,

los árboles se han vestido de colores

y me dice un petirrojo al oído

que son más largas las noches.



Será que se ha esfumado silencioso

el último perfume del verano

y se ha presentado el señorial otoño

vestido de cuero, oro y rojo.



Hasta que no caiga la última hoja

y se vista de diciembre el calendario,

hasta que los montes no prueben el blanco

está aquí para quedarse el señor

que viste de ocre y rojo,

señorial y caballeroso,

los árboles extienden su manto de colores

para cederle el paso.



¡Bienvenido seas otoño!