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sábado, 29 de octubre de 2011

La mujer del vestido rojo

Si con tus labios de princesa,
con tu boquita de piñón,
me dieras tantos besos
como mordiscos a mi corazón...
como la manzana envenenada
que Blancanieves probó,
yo sabía que eras veneno
y aun así tomé toda la copa de licor

Te veo caminando calle abajo
con tu vestido rojo
y tus zapatos de tacón,
pisas fuerte el asfalto
con el poder de una mujer
que somete hombres a su antojo,
tú y tu maldito vestido rojo;
pero solo yo sé,
solo yo la conozco
a tu soledad que es tan larga
como la sombra de tus zapatos,
tú y tus malditos zapatos de tacón


Si con tus labios de princesa,
con tu boquita de piñón,
me dieras tantos besos
como mordiscos a mi corazón...
como la manzana envenenada
que Blancanieves probó,
yo sabía que eras veneno
y aun así tomé toda la copa de licor

Te encuentro por la noche
revolviendo los rincones
con tu baile insinuante
de inocentes corazones.
Del engaño eres la reina,
la que vuelve las cabezas,
tú y tu maldito vestido rojo,
pero solo yo sé,
solo yo la conozco,
a la soledad que se mece
en el taconeo de tus zapatos,
tú y tus malditos zapatos de tacón


Si con tus labios de princesa,
con tu boquita de piñón,
me dieras tantos besos
como mordiscos a mi corazón...
como la manzana envenenada
que Blancanieves probó,
yo sabía que eras veneno
y aun así tomé toda la copa de licor

Eres la mujer del vestido rojo,
pero tu corazón viste de negro
mientras tu boquita de piñón
siembra siempre el despecho.
Eres Blanca nieves y mordiste la manzana
pero ningún príncipe llegó a despertarla
y por eso con tus labios de princesa,
tu boquita de piñón
siempre muerdes solo a medias
cada rojo corazón
por miedo a envenenarte
y morir de amor


Si con tus labios de princesa,
con tu boquita de piñón,
me dieras tantos besos
como mordiscos a mi corazón...
como la manzana envenenada
que Blancanieves probó,
yo sabía que eras veneno
y aun así tomé toda la copa de licor
porque solo yo sé.
solo yo conozco
la profundidad de tus soledad,
tan alta como el tacón de tus zapatos;
porque solo yo sé,
solo yo conozco
la herida de tu corazón
tan roja como tu vestido rojo.

Blancanieves de blanca inocencia,
corazón negro
y vestido rojo...
deja que este príncipe te despierte
de tu largo letargo...

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